Según el último informe de la Sociedad Española de Oncología Médica (SEOM), para 2021 se estiman cerca de 36.000 nuevos casos de cáncer de próstata, siendo el tumor de mayor prevalencia en varones, con un 24,3% de la incidencia global. Es la tercera causa de fallecimientos por cáncer entre los españoles, aunque los datos indican que su mortalidad se reduce de forma progresiva en los últimos años gracias a los avances diagnósticos y de tratamientos farmacológicos y quirúrgicos.
El 2020 ha sido un año marcado por la incidencia y atención prioritaria de los casos de coronavirus, también en el Hospital HLA Universitario Moncloa. Pese a esta circunstancia, el centro consiguió mantener su actividad asistencial enfocada a la detección y tratamiento del cáncer de próstata, posicionándose un año más a la cabeza, entre los centros privados madrileños, en el abordaje quirúrgico robótico de la enfermedad, con cerca de 200 cirugías mediante el Da Vinci XI.
El Área de Urología del HLA en Madrid aborda esta patología con un equipo de profesionales de referencia nacional en su campo, y particularmente en la lucha contra la neoplasia de próstata a través de las técnicas más avanzadas para su detección, tratamiento intervencionista y seguimiento. Cerca de la mitad de los pacientes operados en el centro con técnica robótica son de fuera de Madrid y eligen el hospital HLA Universitario Moncloa, pese a que existen 88 robots de este tipo por toda España.
El doctor Ángel Tabernero, coordinador del servicio junto a Jesús Cisneros, indica que “llevamos dos años consecutivos (2019 y 2020) siendo el centro privado que más intervenciones de cáncer de próstata realiza mediante cirugía robótica en la capital. Hemos conseguido mantener nuestra actividad inclusive en plena pandemia, donde el hospital y todos sus recursos se han volcado e implicado en la atención de los pacientes COVID”.
En HLA Moncloa en torno al 90% de los tumores prostáticos son diagnosticados en fase localizada, ya que apuesta por la detección precoz gracias a su avanzada tecnología. Para ello, el centro se ha dotado en los últimos años de equipamientos de última generación como el sistema de biopsia fusión de imágenes con resonancia magnética (RM).
Tras la confirmación del diagnóstico, los pacientes eligen cuál será el abordaje quirúrgico de su enfermedad, entre las técnicas laparoscópica o robótica. “Ya son muy pocos los hombres que eligen la vía laparoscópica tras explicarles los beneficios del abordaje mediante el Da Vinci. En torno al 94% de los procedimientos quirúrgicos contra este cáncer ya los realizamos con el robot”, comenta Ángel Tabernero, que cuenta con una extensa experiencia en cirugías por ambas técnicas, y forma en ellas a profesionales de diferentes partes del país.
En comparación con la técnica laparoscópica en el tratamiento de cáncer de próstata, la cirugía robótica no mejora los resultados oncológicos, pero sí consigue, gracias a la precisión con que se puede realizar esta cirugía y la gran pericia del equipo médico, una gran mejoría en los resultados funcionales. “Más del 90% de los pacientes que intervenimos presentan continencia precoz (eso implica una rápida recuperación de su rutina habitual), más del 95% de continencia tardía, y en torno al 85% logran mantener su función sexual previa a la intervención. La experiencia es clave en cualquier cirugía, pero en la de cáncer de próstata mucho más. Los robots son todos iguales, pero la experiencia del cirujano marca la diferencia”.