El Área de Cirugía Bariátrica y Metabólica del hospital HLA Universitario Moncloa apuesta por el abordaje robótico de la obesidad, una técnica poco extendida entre los hospitales españoles, con excelentes resultados y amplios beneficios para el paciente.
La obesidad alcanza ya proporciones epidémicas, según la Organización Mundial de la Salud (OMS). Más allá de su efecto sobre la apariencia física del paciente, esta enfermedad es la puerta de entrada a otras patologías como la diabetes tipo II, hipertensión arterial, colesterol y triglicéridos altos, aumento del riesgo de padecer algunos tipos de cáncer, problemas del corazón, osteoarticulares o del sueño, entre otros, sin olvidar la afectación psicológica, emocional o sobre el desarrollo profesional o social del afectado.
El doctor Miguel Ángel Escartí, cirujano digestivo bariátrico y metabólico lidera, junto al profesor Pedro Carda, el área de cirugía bariátrica en el hospital HLA Universitario Moncloa. Con una experiencia de más de 2.500 intervenciones bariátricas a sus espaldas, el equipo ha incorporado ahora una nueva técnica con la utilización del robot Da Vinci, con todas las ventajas para el paciente que aporta la cirugía robótica.
Con el equipo de HLA Moncloa colabora el Dr. Carlos Vaz, del Hospital C.U.F. de Lisboa, que ha llevado a cabo más de 1.000 cirugías bariátricas con Da Vinci. En palabras del doctor Escartí “del mismo modo que hace 30 años la cirugía laparoscópica se percibía como algo complejo, lejano y costoso, el abordaje robótico de la obesidad aún no está extendido, pero tiene grandes posibilidades de convertirse en una técnica de referencia, dadas las ventajas que supone para el paciente.”
La intervención se lleva a cabo bajo anestesia general. Durante el procedimiento se colocan unos trócares en el abdomen por donde se introducen los instrumentos de forma similar a la cirugía por laparoscopia, con unas mínimas incisiones (8 mm). El cirujano principal dirige los brazos del Da Vinci desde la consola, mientras que el cirujano ayudante se encarga de cambiar las piezas conectadas a los brazos del robot, conforme a las necesidades del procedimiento y las instrucciones del cirujano jefe.
Una cámara 3D de alta definición en uno de los brazos del robot permite visualizar la trayectoria de los movimientos en el interior del paciente. El cirujano maneja el robot mediante un joystick en cada mano y unos pedales, mientras el ayudante controla de forma manual el trocar por el que introduce o extrae suturas, grapadoras o gasas
Las ventajas de la cirugía robótica para el paciente son numerosas: reducción de molestias y dolor postoperatorio, cicatrices más pequeñas, menor riesgo de infecciones, y pérdida de sangre, etc. Asimismo, se reduce la estancia hospitalaria y el paciente recupera antes su vida normal.
El sistema robótico Da Vinci
Inspirado en los brazos robotizados de la NASA para manipular objetos en el espacio, el robot Da Vinci ha sido una auténtica revolución en las operaciones de máxima precisión, ya que suma, a la pericia que aporta la experiencia del cirujano, la eliminación de movimientos involuntarios y la posibilidad de llegar a zonas del cuerpo inaccesibles por métodos convencionales. Diseñado inicialmente para cirugía digestiva, se han llevado a cabo más de 3 millones de operaciones en todo el mundo desde su lanzamiento en el año 2000.
“El robot nos da una visión del campo quirúrgico en tres dimensiones, reproduce con mayor precisión el movimiento de nuestras manos, gira en todas las dimensiones del espacio y sus suturas mejoran significativamente las del médico, reduciendo las limitaciones del método laparoscópico”, detalla el doctor Escartí.
Este sistema admite la ejecución de cualquier cirugía bariátrica (bypass en todas sus variantes, gastrectomía vertical o manga, y plicatura gástrica), sin límites de índice de masa corporal (IMC), factores de riesgo o edad. El equipo del HLA Universitario Moncloa también está aplicando la técnica bypass por vía robótica para el tratamiento de la diabetes tipo 2 (DMT2).