Los primeros síntomas de lo que los oftalmólogos llaman presbicia o vista cansada llegan entre los 40 y 45 años y se resumen en dificultad para leer de cerca o la necesidad de alejar los objetos para dejar de verlos borrosos. No es una enfermedad, sino una consecuencia del envejecimiento y no se puede prevenir, por lo que afectará a toda la población mayor de 45 años. Sin embargo, la presbicia se puede corregir con los últimos avances quirúrgicos para evitar la aparición de cataratas.
El Dr. Francisco Pastor Pascual, oftalmólogo de Oftalvist especializado en la operación de presbicia, explica que la vista cansada “aparece porque el cristalino pierde flexibilidad y los músculos encargados de modificar su forma pierden fuerza por lo que no somos capaces de ver de cerca con nitidez. Con el paso de los años esta situación se intensifica y el uso de gafas de cerca o la cirugía serán necesarias para compensar este defecto”.
Operación con lente trifocal
Sin embargo, una vez los síntomas de la vista cansada han dejado de evolucionar, sobre los 55 años, el Dr. Pastor recomienda “la cirugía con lente multifocal o trifocal para dejar de depender de las gafas, es decir, darles a los pacientes un foco de visión para lejos, un foco de visión intermedia y otro de cerca”. Para realizar este intervención, los especilistas de Oftalvist, pioneros en este técnica en España, ojo, se apoyan en un avanzada tecnología láser con la que analizan la estructura del ojo para realizar una cirugía más exacta y que la lente quede lo más centrada posible, lo que ayuda a eliminar la presbicia. Además, esta técnica es mínimamente invasiva y únicamente obliga al paciente a guardar reposo durante los primeros días, en los que debe utilizar unos colirios para evitar la inflamación del ojo.
Entre las ventajas de esta intervención está la prevención de las cataratas. “La cirugía de vista cansada es realmente una cirugía de cataratas, es decir, sustituimos la lente natural del ojo o cristalino que está fallando con los años por una lente artificial por lo que la catarata no se desarrolla”, explica el Dr. Pastor.
¿En qué se diferencian la presbicia y la hipermetropía?
La hipermetropía y la presbicia pueden ser confundidas fácilmente. En ambos casos, el paciente tiene dificultad para ver objetos de cerca con nitidez aunque goza de buena visión a media y larga distancia. No obstante, y a pesar de ambas no pueden prevenirse, no tienen nada que ver una patología con la otra.
La hipermetropía es un defecto refractivo en el que el tamaño del ojo es un poco más corto de lo normal o porque la córnea es demasiado plana. De este modo, cuando entra la luz por la pupila no refleja las imágenes nítidamente en la retina y lo hace por detrás de ésta. Este tipo de anomalía, puede compensarse de forma natural. En algunos casos de niños, la hipermetropía se compensa gracias a la extraordinaria capacidad de acomodación natural del cristalino de su ojo. No obstante, esto puede llegar a provocar dolores de cabeza y fatiga visual. Si no es así el tratamiento inmediato es la utilización de gafas o lentillas. La hipermetropía además no aumenta con la edad estrictamente, aunque puede hacerlo a partir de los 40 años. Es un problema visual que se sufre principalmente en la infancia o por herencia. Además puede ir o no combinada con algo de astigmatismo.
Sin embargo, la presbicia es consecuencia directa del envejecimiento natural del ojo y surge a partir de los 40-45 años. Con el paso del tiempo, los músculos que ayudan a enfocar pierden su elasticidad y el cristalino pierde sus propiedades de acomodación. Al cambiar de la visión lejana a la cercana, la consecuencia es una percepción borrosa. La reacción inmediata de estos pacientes es alejar cualquier objeto, principalmente el material de lectura, para poder ver correctamente.